Caos y Gea
Por: José Antonio Mederos.
La mitología griega resuena en la conciencia, en la experimentación psíquica y sensitiva incluso del hombre moderno en el siglo XXI, y es que al acercarse a ella, se logra revivir algo que está latente en el subconsciente y que hace que se muevan mecanismos de despertar. En está oportunidad estoy revisando un maravilloso libro del autor aleman Friedrich Georg Jünger (1 de septiembre de 1898- 20 de julio de 1977) titulado Mitos Griegos de editorial Herder. Al comenzar su lectura ya inmediatamente capta la atención con una descripción espectacular de Caos.
CAOS.
El espacio primigenio, oscuro, abismal del que surgen elementos primordiales. Un ser caótico y desordenado del que paradojicamente se originan los diferentes ordenes de la vida. Se dice de él que persiste para siempre y no está sujeto al espacio y al tiempo que rigen la existencia.
Su ser es un ciclo al que regresa todo lo que salio de él. Es el comienzo y el final, el que se debate entre la inmovilidad y la vida, entre su oscuridad insondable que no permite representarlo, pero del que la luz se origina.
Es muy llamativo para mí que Caos es descrito no como un creador, sino que es el todo que adopta las formas, formas vivas que son él mismo y que le producen la posibilidad de sentir, experimentar.
Este Caos que es representado como el todo, me recuerda muchísimo la descripción de Dios o el ser supremo que hacen los seguidores de la doctrina hermética. Una mente de la que se desprenden partes de si misma para experimentar todo lo que sea posible en el mundo material e inmaterial. Una definición que nos lleva finalmente a concluir que todo es Dios, cada átomo de existencia es solo Él.
Que intuición tenía la civilización griega, que sensaciones, que conexión con el universo que le permitieron interpretar los signos de la vida y de la creación de esta manera tan acertada que aún hoy hace que se agiten nuestros pensamientos y corazones. Eso es algo que sería muy difícil de procesar para cualquier disciplina científica del orden social o natural.
Las primeras entidades que se originan de Caos son Nix (la noche) y Erebo (la tenebrosidad), Nix engendra al éter luminoso y la luz del día, sus contrarios pero definidores de su propia identidad. Erebo en cambio ocupa ese espacio por debajo de la tierra que recorren las almas en su camino al Hades.
Caos también da origen a un ser especial, ella es Gea, la tierra madre a quien dedicaremos el siguiente apartado.
GEA.
La Diosa de la tierra, primera en ser venerada y surgida de Caos, es la antecesora de los Dioses Olímpicos. Su principal característica es la de la maternidad y como madre siente el impulso de que sus hijos permanezcan cerca de ella, que todo sea permanente y sin cambios, que todo siga bajo su control.
Representada en algunos lugares con medio cuerpo sobre la tierra y medio cuerpo enterrado, indica que tiene dominio sobre lo que esta iluminado y vivo sobre la tierra, pero también sobre lo subterráneo, lo que está en la oscuridad. Madre de Titánes y Cíclopes, de ella deriva todo y a ella todo retorna. Es tal su dualidad, que la vida y la muerte en ella están entrelazadas e indistinguibles en su continuidad.
Como muchas madres tiene el don del presagio y en algún momento era su voz la escuchada en el oráculo de Delfos. Gea la madre tierra, la representación del instinto maternal primigenio de toda la naturaleza, esa que si se la deja desplegar su dominio hace que sus hijos no evolucionen fuera de su regazo, pero aquella que nos brinda la protección, cuidados y amor necesarios para ayudar a convertirnos en integrantes de este Universo, de este mundo en el cual ella nos ha colocado para experimentar sus placeres y sus rigores.
Al final tal vez Gea sea un puente, una conexión, una canalizadora de Caos con su forma más acabada de creación, con su forma física tangible y que le da sentido a su existencia como generador de vida Universal.
Referencias Bibliográficas.
1.- Mitos Griegos. Friedrich Georg Junger. Editorial Herder. 2006
2.- Mitología Griega y Romana. Susana Cañuelo y Jordi Ferrer. Editorial Optima. 1era edición. 2003
Si quietos, atendemos a nuestro interior, los encontraremos a todos compartiendo y luchando en la mesa redonda de nuestra psique.
ResponderEliminarSiempre vigente, siempre viva en mi interior y en el universo, la mitologia griega.
Desde mi percepcion, solo agregaria que nuestro occidental y judeo cristiano afán de control nos impulsa a hablar de Dios...reduccion monoteista del sentir politeísta de nuestro Ser.
Gracias por una buena lectura.
Caos y Gea son anteriores a la imagen y por tanto inimaginables para el ser humano. Inasibles, misteriosos.
ResponderEliminarDra Nora que bueno que le gusto. Se que es un tema que ud domina y conoce muchísimo. Estaba pendiente de su opinión. Gracias. Abrazo grande. PD por supuesto que al hacer el artículo me acordé de ud cómo no podía ser de otra forma.
EliminarGracias a los Dioses, desde mi condición humana, solo puedo vivir el misterio y maravillarme.
ResponderEliminarUn abrazo con mi cariño. Extraño tantos buenos ratos de conversación.